En la dialéctica evangélica de Francisco, el substantivo ‘hermano’ es calificado por un adjetivo esencial: menor. El contenido real del término ‘menor’ es más rico y complejo. Un acercamiento profundo al léxico y a la sensibilidad de Francisco justifica inmediatamente que detrás de la inspiración evangélica de la palabra ‘menor’ se hallaban las connotaciones de ‘humildad y sencillez, pobreza de espíritu y pobreza material, espontaneidad y mansedumbre, sumisión caritativa recíproca, paciencia y espíritu de servicio, etc…’. Un conjunto de actitudes y virtudes decisivas para promover a fondo todas las exigencias del ser ‘hermano’. “Igualmente a este propósito, ninguno de los hermanos tenga potestad o dominio, y menos entre ellos. Pues, como dice el Señor en el Evangelio, los príncipes de los pueblos se enseñorean de ellos y los que son mayores ejercen el poder en ellos; no será así entre los hermanos; y todo el que quiera hacerse mayor entre ellos, sea su ministro y siervo, y el que es mayor entre ellos, hágase como el menor.
De verdad, no se comprende una práctica semejante de la fraternidad evangélica (…)si no se añade el otro gran valor evangélico, que tanto repercutió en Francisco, el de la minoridad. Sólo el vaciamiento de sí mismo por amor al otro, al Padre y al prójimo (hermano), encarnado por Jesús, siervo humilde y pobre hasta la muerte, colocado por Francisco como fundamento y modelo de la vida de su fraternidad, podía infundir, tener viva y realizar la caridad evangélica de manera tan radical.
OFM, LA IDENTIDAD DE LA ORDEN FRANCISCANA EN SU MOMENTO FUNDACIONAL (1998).
Video: misa de clausura del 187° capítulo general de los Franciscanos.
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