El amor indiviso por el Dios Uno y la caridad hacia el prójimo se convierten en el eje alrededor del cual gira todo lo demás.
Ésta es la razón por la que trabajamos incansablemente para proteger los corazones humanos del odio, la ira o la venganza.
Queridos amigos, he venido a Jerusalén en un día de fe. Agradezco a Dios por esta ocasión para encontrarme con vosotros como obispo de Roma y sucesor del apóstol Pedro, pero también como niño de Abraham, por quien "todas las familias de la Tierra encuentran bendición" (Génesis 12, 3; cf. Romanos 4, 16-17).
Os aseguro el ardiente deseo de la Iglesia de cooperar para el bienestar de la familia humana. Ésta cree firmemente que el cumplimiento de la promesa hecha a Abraham es universal, que abarca a todos los hombres y mujeres independientemente de su procedencia o status social.
Mientras musulmanes y cristianos promueven el respetuoso diálogo que han comenzado, rezo para que examinen cómo la unidad de Dios está indisolublemente ligada a la unidad de la familia humana.
(Benedicto XVI, “Discurso a los representantes musulmanes de Jerusalén”, 12-V-2009).
No hay comentarios:
Publicar un comentario