Hoy domingo de Ramos (28 de marzo de 2010) se lee La Pasión de Nuestro Señor (Lucas 22, 14-23, 56), y yo fuí a misa en el templo Nuestra Señora de la Chiquínquira en Caracas, donde el padre Rui Pestana, ofm; nos dijo en resumen lo siguiente.
Hoy recordamos dos hechos: el recibimiento de Jesús como rey, para luego, esa misma gente, pedir su crucifixión a los cinco días. Así es nuestra doble moral. Un día lo coronamos, al otro lo crucificamos. Todos los días lo hacemos. Si nos preguntáramos donde estaríamos en la Pasión, si fuéramos sinceros diríamos que frente a la cruz contemplando su dolor sin hacer nada.
Algunos se preguntatán ¿Por qué Dios Padre no envío sus ejércitos y mató a todos los que crucificaron a Cristo? Seguramente nosotros lo haríamos. Pero Dios no es así, porque precisamente Dios en la Cruz quiere que todos nosotros nos salvemos, los buenos y los malos, María y Poncio Pilatos, los apóstoles, y también los romanos, y los fariseos. Cristo no es como nosotros: ojo por ojo, diente por diente. No, él ama tanto que quiere salvarnos a todos. Debemos ser como él, buenos.
Se preguntarán ¿Quién es bueno, quién es malo?. Bueno es el que quiere que todos se salven, que NO DIVIDE. Malo es el que divide, que sólo quiere la salvación para unos pocos. Cristo es paciente, espera... Un buen propósito para este año es que seamos buenos, que lo sigamos en su pasión. Sin buscar la condena de los demás.
No fueron las mismas palabras, pero si la idea principal.
¡Qué difícil es ser como Cristo!. Pero al menos, hay que luchar por esta meta, aunque caigamos mil veces.
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