1. Queridos hermanos y hermanas de la Iglesia en Irlanda: os escribo con gran preocupación como Pastor de la Iglesia universal. Al igual que vosotros estoy profundamente consternado por las noticias concernientes al abuso de niños y jóvenes indefensos por parte de miembros de la Iglesia en Irlanda, especialmente sacerdotes y religiosos. Comparto la desazón y el sentimiento de traición que muchos de vosotros experimentaron al enterarse de esos actos pecaminosos y criminales y del modo en que fueron afrontados por las autoridades de la Iglesia en Irlanda. (Benedicto XVI, Carta pastoral a los católicos de Irlanda, 19-III-2010)
Gracias Señor porque nuestro santo padre ha condenado y atacado desde un principio estos nuevos crímenes, que dañan a las víctimas (que por ser “contra niños indefensos” el crimen se hace más abominable) y a la Iglesia Católica. Sus palabras son claras: HA HABIDO UNA FALTA GRAVE, NO SÓLO EN EL PECADO-DELITO, SINO EN EL PECADO-DELITO DEL OCULTAMIENTO POR PARTE DE LAS AUTORIDADES DE LA IGLESIA. No se quedó con condenar el delito, sino que ha denunciado lo que más daño causa a la Iglesia: el silencio cómplice; y ha señalado que los que causaron el daño deben responder ante la justicia, pero sin olvidar que serán perdonados por Dios después de su arrepentimiento, penitencia y reparación. Porque no se odia al pecador sino al pecado. No será fácil, pero Benedicto ha enfrentado el problema de la manera más sabia y cristiana.
Santo Padre: !ESTOY ORGULLOSO DE TENERLO COMO PAPA, CUENTE CON MIS ORACIONES Y FIDELIDAD!
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