Podemos mejorar el mundo comenzando por nosotros mismos, cambiando, con la gracia de Dios, lo que no está bien en nuestra vida. (…) si entra en nuestra vida, si tenemos confianza en Dios, podemos rechazar todo tipo de engaños del Tentador.
Podríamos decir que es un tiempo de "competición" espiritual que hay que vivir con Jesús, sin orgullo ni autosuficencia, más bien utilizando las armas de la fe, es decir, la oración, la escucha de la Palabra de Dios y la penitencia. De este modo podremos celebrar verdaderamente la Pascua, dispuestos a renovar las promesas de nuestro Bautismo.
(Benedicto XVI, Intervención con motivo del Ángelus dominical, 21-II-2010).
Podríamos decir que es un tiempo de "competición" espiritual que hay que vivir con Jesús, sin orgullo ni autosuficencia, más bien utilizando las armas de la fe, es decir, la oración, la escucha de la Palabra de Dios y la penitencia. De este modo podremos celebrar verdaderamente la Pascua, dispuestos a renovar las promesas de nuestro Bautismo.
(Benedicto XVI, Intervención con motivo del Ángelus dominical, 21-II-2010).
El cristianismo es lucha. Pero genera cierta frustración cuando pasa el tiempo y pareciera que no se avanza en nada. Hay defectos tan arraigados. ¿Somos los cristianos unos perfeccionistas? ¿Obsesivos? ¿Maniáticos? ¿No caemos con frecuencia en los escrúpulos?. El cristiano busca la caridad, por eso anhela vivir las virtudes. No por una manía perfeccionista. ¿Cómo anhelar la santidad alegramente, caritativamente, sin frustraciones?.
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