CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 16 marzo 2008 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención que pronunció Benedicto XVI este Domingo de Ramos al rezar el Ángelus junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.
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Al final de esta solemne celebración, en la que hemos meditado en la Pasión de Cristo, deseo recordar al arzobispo de Mosul de los Caldeos, monseñor Paulos Faraj Rahho, trágicamente fallecido hace unos días. Su hermoso testimonio de fidelidad a Cristo, a la Iglesia y a su gente, a la que no quiso abandonar a pesar de las amenazas, me lleva a elevar un fuerte y apremiante grito: ¡basta con las masacres, basta con la violencia, basta con el odio en Irak! Al mismo tiempo, hago un llamamiento al pueblo iraquí, que desde hace cinco años carga con las consecuencias que ha provocado el desmantelamiento de su vida civil y social: querido pueblo iraquí, ¡álzate y sé tú mismo, en primer lugar, reconstruye tu vida nacional! ¡Que el camino hacia la paz en nombre de Dios sea la reconciliación, el perdón, la justicia y el respeto de la convivencia civil entre tribus, etnias, grupos religiosos!
Y ahora, queridos hermanos y hermanas, renuevo a todos mi cordial saludo. Lo dirijo de manera especial a los jóvenes que han venido de numerosos países con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, que el querido siervo de Dios Juan Pablo II quiso unir al Domingo de Ramos. Mi pensamiento se dirige en este momento a Sydney, en Australia, donde se encuentran a pleno ritmo los preparativos para el gran encuentro que mantendré allí con los jóvenes de todo el mundo del 15 al 20 de julio próximos. Doy las gracias a la Conferencia Episcopal de Australia, en particular, al cardenal Pell, arzobispo de Sydney y a sus colaboradores por todo lo que están haciendo con tanto empeño, así como a las autoridades australianas, tanto las federales como las australianas, por el apoyo generoso que han ofrecido a esta importante iniciativa. ¡Nos vemos en Sydney!
[Al final del Ángelus, el Papa saludó a los peregrinos en varios idiomas. En español, dijo:]
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española y los aliento a salir al encuentro de Cristo con las buenas obras, de modo que imitando todos su ejemplo de amor hasta la cruz, merezcamos un día tener parte en su resurrección. Me dirijo ahora en particular a los jóvenes aquí presentes y a cuantos se unen a esta oración mariana a través de la radio y la televisión. Os invito a que me acompañéis en la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Sydney el próximo mes de julio.
Muchas gracias y feliz Domingo de Ramos.
[Traducción del original italiano realizada por Jesús Colina
© Copyright 2008 - Libreria Editrice Vaticana]
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