viernes, 2 de abril de 2010

Benedicto XVI nos habla del significado del Santo Crisma

Homilía de nuestro Papa en la misa crismal de ayer, ver aquí. Ahora nuestros extractos.

El sacramento es el centro del culto de la Iglesia. Sacramento significa, en primer lugar, que no somos los hombres los que hacemos algo, sino que es Dios el que se anticipa y viene a nuestro encuentro con su actuar, nos mira y nos conduce hacia él. Pero hay algo todavía más singular: Dios nos toca por medio de realidades materiales, a través de dones de la creación, que él toma a su servicio, convirtiéndolos en instrumentos del encuentro entre nosotros y él mismo.
(…) Ya desde la antigüedad, en la etimología popular se ha unido la palabra griega "elaion", aceite, con la palabra "eleos", misericordia. De hecho, en varios sacramentos, el óleo consagrado es siempre signo de la misericordia de Dios. Por tanto, la unción para el sacerdocio significa también el encargo de llevar la misericordia de Dios a los hombres. En la lámpara de nuestra vida nunca debería faltar el óleo de la misericordia. Obtengámoslo oportunamente del Señor, en el encuentro con su Palabra, al recibir los sacramentos, permaneciendo junto a él en oración.
(…) Él mismo lleva, por así decir, el ramo de olivo, introduce su paz en el mundo. Anuncia la bondad salvadora de Dios. Él es nuestra paz. Los cristianos deberían ser, pues, personas de paz, personas que reconocen y viven el misterio de la cruz como misterio de reconciliación. Cristo no triunfa por medio de la espada, sino por medio de la cruz. Vence superando el odio. Vence mediante la fuerza más grande de su amor. La cruz de Cristo expresa su "no" a la violencia.
(…) Consiste en que los cristianos, como buenos ciudadanos, respetan el derecho y hacen lo que es justo y bueno. Consiste en que rechazan lo que en los ordenamientos jurídicos vigentes no es derecho, sino injusticia. La lucha de los mártires consistía en su "no" concreto a la injusticia
(…) El aceite de júbilo, que ha sido derramado sobre Cristo y por él llega a nosotros, es el Espíritu Santo, el don del Amor que nos da la alegría de vivir. Ya que conocemos a Cristo y, en Cristo, a Dios, sabemos que es algo bueno ser hombre. Es algo bueno vivir, porque somos amados. Porque la verdad misma es buena.
(…) Quien ama está siempre dispuesto a sufrir por el amado y a causa de su amor y, precisamente así, experimenta una alegría más profunda. La alegría de los mártires era más grande que los tormentos que les infligían. Este gozo, al final, ha vencido y ha abierto a Cristo las puertas de la historia.

(Benedicto XVI, Homilía en la misa crismal, 01-IV-2010).

He tratado de extraer lo mejor de esta hermosa homilía sobre el significado del sacramento (Dios nos busca y nos lleva hacia Él por medio de la creación) relacionado con el uso del aceite crismal que se bendice el Jueves Santo. El mayor de ellos es ser partícipes y medios de la misericordia de Dios (“en la etimología popular se ha unido la palabra griega "elaion", aceite, con la palabra "eleos", misericordia”). ¡¿Qué mayor misericordia que darnos la Paz?!. Es así como el Papa nos explica otro simbolismo del aceite: la rama de olivo que significa la paz con Dios, la paz entre los hombres, la paz de la vida. Y Cristo nos trae la paz al reconciliarnos NO POR MEDIO DE LA ESPADA SINO POR LA CRUZ. Este es el gran significado del Viernes Santo, de la Pasión. Nos trae la paz, y una paz justa, jamás impuesta (la cruz es el triunfo de la no violencia), es la paz del amor y la misericordia.

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