viernes, 18 de abril de 2008

Benedicto y las heridas abiertas de los sacerdotes pederastas en EEUU

Sobre este hecho "bochornoso" (palabras del Papa), creo que todos los católicos hemos sentido satisfacción y tranquilidad por sus palabras y actitud en su gira pro EEUU. No ha ocultado o distraído su atención sobre el tema, e incluso tuvo un encuentro con las víctimas y un regaño para los obispos. Ahora se requieren acciones contundentes con situaciones parecidas en el futuro.
Acá les dejo este escrito de un cura de Madrid que admiramos y apoyamos en este post totalmente (Ver aquí)
Entregar al brazo secular: por ejemplo, pederastas

Me he llevado una agradable sorpresa al saber que el papa Benedicto se ha entrevistado en Estados Unidos con algunas víctimas de abusos sexuales perpetrados por clérigos con menores, especialmente. Y me ha gustado cómo el papa ha recriminado a los obispos el que no hayan sabido atajar estos casos de una manera correcta.

Yo pienso que hay que distinguir claramente entre pecados y pecados que además llevan consigo la consideración de delito. A ver. Ejemplos. Si un sacerdote tiene relaciones con una señora o un señor, adultos, eso es pecado. Si la relación es con un menor, es pecado, y además, delito. Y tapar esos casos, y echar tierra al asunto, y además solucionarlo con un simple traslado de parroquia, es perpetuar un peligro y una indecencia. Al final se ha acabado ¿tapando? todo a base de indemnizaciones millonarias.

Yo soy muy comprensivo con el pecado de los humanos, el confesionario enseña mucho. Pero no soy nada comprensivo con cosas de esta naturaleza. El que abusa de menores y además de forma reiterada, no es sólo un pecador, es un pervertido, y quizá hasta un enfermo psicológico. Y a los enfermos de la cabeza hay que tenerlos bien sujetos por si acaso. Y a los pederastas, sean clérigos o laicos, bien sujetitos, encerrados, y cumpliendo la condena que marque la ley.

Antiguamente, ante ciertos delitos, se hablaba de entregar a los clérigos al “brazo secular”. Es decir, nada de más derecho canónico. Ante ciertos delitos de especial gravedad, que sea el código penal el que decida. Y si hay que ir a la cárcel pues se va.

Todos los sacerdotes, y los laicos, y los monjes, y las religiosas, somos pecadores. Y Dios nos perdona y nos anima a seguir adelante. Lo que no es admisible es ser, además de pecador, delincuente. No puede uno ejercer su sacerdocio y ser ladrón, narcotraficante, tratante de blancas, pederasta, asesino a sueldo o terrorista. En esos casos, probado el delito, está claro lo que hay que hacer: brazo secular, y se acabó ejercer el ministerio.

Siempre hay voces que dicen que por la cosa del escándalo es mejor callar, tapar, salvar al cura. Claro. Salvamos al cura a base de seguir haciendo daño a los niños o a quien sea. Alguno me dirá: ¿y la misericordia? Son cosas distintas. La absolución es el perdón y la misericordia de Dios, y eso no se niega si se dan las condiciones necesarias. Pero la misericordia es con los niños. ¿Un pederasta? Que lo encierren hasta que deje de ser peligroso. Y me da igual que sea clérigo, laico, o Hare Krishna. Pues eso.

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