Fue casi un Concilio. El Sínodo sobre la nueva evangelización, que se clausura este domingo en Roma, ha reunido durante 21 días a 262 padres y madres sinodales. Aunque
estas últimas eran sólo una docena, en un mar de obispos y cardenales, representando a todos los países del mundo. Un mini-Concilio
para pasar revista a la Iglesia y ofrecerle al Papa "la hoja de ruta" que permita reconquistar el mundo secularizado para Dios.
Los trabajos del Sínodo concluirán con un 'Mensaje al Pueblo de Dios' y con una solemne eucaristía, presidida por el Papa el domingo, rodeado de todos los sinodales, en la Plaza de San Pedro. Más adelante, el propio Papa, apoyándose en las proposiciones recogidas en la magna asamblea, redactará una Exhortación apostólica, un mensaje magisterial y orientador para la Iglesia universal.
Pero en ninguno de ellos se recogerán las propuestas más novedosasque se lanzaron en el aula sinodal. Unas, por ser demasiado atrevidas. Otras, por no contar con el suficiente consenso. Y otras, porque no pasaron el filtro de la comisión encargada de redactar las propuestas dirigidas al Papa.
El obispo irlandés O'Ralley cree que "la grave crisis actual de los abusos cometidos por clérigos puede ser superada, otorgando mayores responsabilidades a los laicos y, especialmente, a las mujeres"
En el aula se debatió a fondo. Y es que, en contra del cliché acuñado en la opinión pública, la Iglesia es una de las instituciones más jerarquizadas, perosus miembros gozan de una enorme libertad de expresión. Una institución, además, en la que abundan los profetas, que son capaces de autocrítica y de sacudir a la Iglesia desde dentro. Éstas son algunas de las propuestas más rompedoras.
Rouco, los nuevos paganos y el mono
El cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, tuvo dos intervenciones estelares en el Sínodo. Una, para denunciar que la secularización avanza propiciada por la globalización, que en Europa se ha producido una "apostasía silenciosa" del cristianismo y que la ignorancia religiosa y "el vivir como si Dios no existiera" ha dado lugar, "también en España", a nuevos paganos. Y la otra, para lanzar esta pregunta provocadora al Sínodo: "¿Una cría sana de chimpancé vale más que un niño discapacitado?". Una pregunta para reiterar su tesis de que la secularización cuestiona el valor del ser humano.
Mujeres, discriminadas en la Iglesia
Lo reconocieron varios prelados. "Los dos tercios de los miembros de la Iglesia son mujeres y, sin embargo,
muchas de ellas se sienten discriminadas. Sin el reconocimiento del papel de la mujer en la Iglesia, no será posible una nueva evangelización", dijo el primado de Bélgica y arzobispo de Bruselas, André Leonard.
Más aún, en el grupo de lengua italiana se llegó a proponer, en concreto, que las mujeres puedan asumir el ministerio del lectorado, uno de los escalones previos a la eventual ordenación diaconal.
Y el obispo irlandés, O'Ralley, ve en la mujer un muro de contención contra la pederastia clerical. "La grave crisis actual de los abusos cometidos por clérigos puede ser superada, otorgando mayores responsabilidades a los laicos y, especialmente, a las mujeres".
Divorciados vueltos a casar: '¿Sólo son pecadores?'
Se extiende la idea entre los obispos de que la Iglesia tiene que cambiar su legislación para poder permitir el acceso a los sacramentos a los divorciados vueltos a casar. Así lo planteó, entre otros, el arzobispo de Basilea (Suiza), Felix Gmur: "Hoy, la Iglesia tiene que encontrar una solución para los casos de divorciados y vueltos a casar, que no pueden ser considerados simplemente como pecadores y por tanto no pueden comulgar. ¿Sólo son pecadores? Hay que analizar caso por caso. Yo conozco a una pareja casada desde hace 50 años y que cada uno estuvo casado antes por un breve periodo de tiempo. ¿50 años juntos no significan nada? ¿Sólo son pecadores? Tal vez la Iglesia debería estudiar un nuevo trato hacia ellos. Hay que tomar en serio este problema". De hecho, este tema se mencionará en el "mensaje final del Sínodo", pero sin una repuesta concreta que cambie la praxis de la Iglesia.
Vista general de los asistentes al Sínodo. | Efe
El Islam, aliado y peligro, a la vez
Los obispos pidieron, por un lado, a la Iglesia que preste mayor atención al Islam, para potenciar "el diálogo" con los musulmanes y establecer, con ellos, un frente común en defensa de la vida y de la familia. Pero, por otro lado, como dijo monseñor Barrigah-Benissan, obispo de Togo, "la rápida expansión del Islam preocupa mucho a la Iglesia". Porque, "basta un día para hacerse musulmán, pero es imposible renunciar a esta religión". En esa doble dinámica se inscribe la proyección en el aula sinodal de un vídeo, que circula desde hace años por la Red, en el que los musulmanes salen malparados. Titulado 'Muslim Demographics', la proyección ocasionó unapolémica tal que el cardenal Turkson tuvo que pedir disculpas y asegurar que, con él, no "pretendía llamar a las armas contra el Islam".
Campanas de Europa
El Papa negro, el español Adolfo Nicolás, pidió a la Iglesia que haga examen de conciencia sobre "el colonialismo de la fe"
A diferencia del vídeo sobre los musulmanes, la película 'Campanas de Europa' cosechó una aprobación unánime entre los sinodales. Se trata de un documental, con entrevistas a grandes personalidades. Desde el Papa, al presidente italiano, Giorgio Napolitano, pasando por el Patriarca de Moscú o el Primado anglicano, Rowan Williams.
Curas casados ya
Hasta se planteó en el Sínodo el tema, un tanto tabú, del celibato opcional de los curas. Lo pidió el arzobispo greco-católico de Kiev, monseñor Sevcuk. En Ucrania, el 90% de los curas católicos están casados y su líder pide que la Iglesia católica occidental permita casarse a sus curas.
El Papa negro y el prelado de la Obra
El Prepósito general de los jesuitas, también llamado Papa negro, el español Adolfo Nicolás, pidió a la Iglesia que haga examen de conciencia sobre "el colonialismo de la fe". Un colonialismo que, al impedir la recepción de los valores originales de otras culturas, nos hizo "perder de vista indicios, perspectivas y descubrimientos importantes".
Más pragmático, el prelado del Opus Dei, el también español Javier Echevarría, abogó por la necesidad de "cuidar las homilías desde el punto de vista doctrinal y del lenguaje".
Autocrítica
También hubo en el aula sinodal espacio abundante para la autocrítica. Por ejemplo, el cardenal Grocholewski, prefecto de la Educación católica, denunció "la poca humildad" y la "mucha soberbia" de algunos pastores "que se apacientan a sí mismos, en vez de cuidar al rebaño".
En el mismo sentido, el arzobispo de Manila, preconizado cardenal, Luis Antonio Tagle, censuró el "carrerismo" eclesiástico y pidió a la Iglesia que "aprenda a ser humilde" y a reconocer que no tiene soluciones para todo.
Más explícito aún, el cardenal de Nueva York, Timothy Dolan, aseguró que "la Iglesia no tiene miedo alguno en reconocer sus propios errores. Entre ellos, la lacra de los abusos sexuales de los clérigos".
Se pidió un cambio en la formulación de las "verdades de la fe" para hacer los dogmas más "cortos, precisos y claros"
La pederastia sobrevoló el aula sinodal en muchas ocasiones, para pedir tolerancia cero y señalarla como uno de los máximos impedimentos de una nueva recristianización de la sociedad.
Dogmas más fáciles
En el Sínodo no se llegaron a discutir los dogmas (elementos esenciales e irrevocables de la doctrina católica), pero sí se pidió un cambio en la formulación de las "verdades de la fe". Para hacer los dogmas más "cortos, precisos y claros".
Via Pulchritudinis
El cardenal de Barcelona, monseñor Sistach, y el obispo francés Dominique Rey, propusieron la vía de la belleza, expresada a través de la arquitectura o la música, como el camino privilegiado para anunciar la fe en el mundo actual, que se opone a cualquier dogmatismo. La Sagrada Familia de Gaudí es un ejemplo acabado del enorme potencial de esta vía evangelizadora.
Parroquias dinámicas y colegios evangelizadores
Varios padres sinodales pidieron un nuevo dinamismo en las parroquias, para que, como apuntó el cardenal Vallini, dejen de "ofrecer sólo sus servicios a los que acuden a solicitarlos", para ir en busca de los alejados.
En esa misma dinámica, se quiere que los colegios religiosos sean más evangelizadores. Y es que, en los países secularizados sobre todo y dado que los padres ya no educan en la fe, los colegios religiosos son los primeros lugares y los ámbitos más relevantes en los que las jóvenes generaciones entran en contacto con los conocimientos básicos de la religión y su práctica.