domingo, 15 de marzo de 2009

¿Cómo aceptar la voluntad de Dios sin amargarse?

¿Cómo no molestarse cuando nuestros planes fracasan, incluso cuando creemos que son los planes de Dios?
¿Cómo controlar la lengua y no criticar, y no quejarse?

lunes, 9 de marzo de 2009

¿El amor a (la) espos@ es más importante que el amor a Dios?

Las respuesta la leo en este escrito del Papa Juan Pablo I:
La Biblia llama santo a Jacob (Dan 3, 35) y amado de Dios (Mal 1, 2; Rom 9, 13), nos lo presenta empeñado en siete años de trabajo a fin de conquistarse a Raquel para mujer suya; «y aquellos años le parecieron sólo unos días por el amor que le tenía» (Gén 29,20).

Francisco de Sales hace un comentario breve de estas palabras: «Jacob --escribe--ama a Raquel con todas sus fuerzas, y con todas sus fuerzas ama a Dios; pero no por ello ama a Raquel igual que a Dios, ni a Dios igual que a Raquel. Ama a Dios como a su Dios sobre todas las cosas y más que a sí mismo; ama a Raquel como a mujer suya sobre todas las demás mujeres y más que a sí mismo. Ama a Dios con amor absoluto y soberanamente extremo, y a Raquel con sumo amor conyugal; un amor no es contrario al otro, porque el de Raquel no atropella las prerrogativas del amor de Dios» (Oeuvares t. V, pág. 175).

(Juan Pablo I, 27-09-1978 http://multimedios.org/docs/d000230/)

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