sábado, 19 de mayo de 2007

Llegando de la Luna de Miel (a modo de oración)

Señor hoy regresé de la Luna de Miel (5 días) en un club de playa (a 65 kms de mi casa), y se cumple una semana de haberme casado el sábado 12 de mayo. Gracias a Tu bondad todo quedó perfecto. En mis oraciones de la playa te lo he contado, te pido perdón porque sigo dejado con la oración, el rosario y toda mi vida de piedad. Desde enero mi esposa y yo hicimos un gran esfuerzo para que se diera nuestra boda, fueron cinco meses Señor en que C. con sus libretitas todo lo anotaba y todo lo iba haciendo en un cronograma perfectamente sincronizado, y gracias a esa maestría administrativa: todo salió bien, y gracias a que alejaste todo posible inconveniente: retrasos, lluvia (un día bello fue), problemas; nada de eso, todo lo dispusiste para que se diera en un ambiente de alegría y paz. Las palabras del cura (un verdadero santo) fueron de una inmensa profundidad y ternura (los cuatro principios para mantener vivo el matrimonio: 1. que no pase un día sin una novedad, un detalle de amor; 2. que vivamos la caridad siempre entre nosotros y con los demás; 3. que nos perdonemos que no nos vayamos a dormir sin haber solucionado las discusiones que tengamos; y 4. que nuestro amor sea una oración, esté impregnada de fe, de esperanza; y al final de nuestras vidas poder decir como Mark Twain “allí dónde está mi espos@ allí es el paraíso”), fueron absorbidas por mí. El video que hicimos no quedó bien, pero algo quedó de ese día. Todos mis familiares y amigos fueron muy amables con su presencia, amistad, y regalos. Recuerdo el día de la boda que me tenía tan preocupado y que todo al final salió bien, me gustaría volver y revivirlo todo, porque fue maravilloso. Gracias Señor, gracias por escuchar mis oraciones y la de todos mis familiares y amigos, en especial los que leen este blog (tan abandonado en estos tiempos de boda).

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